Hoy yo abrazo mi potencial para ser, hacer y conseguir todo lo que yo pueda soñar.

jueves, 18 de octubre de 2012

“No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mi y un camino a mis pies.” Robert Louis Stevenson

EL FRACASO


EL FRACASO 
“El fracaso enseña lo que el éxito oculta: la capacidad para crecerse en los obstáculos y no darse por vencido” (Enrique Rojas, psiquiatra y profesor español). 
El fracaso es algo superable y debe ser un punto de partida, de renovación y de aprendizaje. Hay cosas en la vida que sólo se aprenden tras fallar en ellas; el fracaso mirado desde esta perspectiva ofrece nuevas oportunidades y te da la posibilidad de volver a empezar; siempre es un principio. El fracaso es la escuela del éxito. 
Aquellos que fracasan pero saben asumirlo y reconocerlo, que son persistentes porque son capaces de levantarse y de empezar de nuevo son aquellos que vuelan alto porque tienen capacidad de reacción, espíritu de superación y saben aprender. Esos son los que llevan fuego dentro y es muy difícil poder con ellos. Esos son lo que ven las oportunidades como un reto. La valentía, la perseverancia, la voluntad y el optimismo son los elementos que siempre le acompañan y que no les permite dejar de luchar. 
“Hay derrotas triunfales a las que envidian algunas victorias” 
No creemos que haya fórmulas exactas para determinar qué motivos llevan al éxito, como tampoco creemos que las hay para el fracaso. Pero lo que sí creemos es que en equipos de trabajo es fundamental tratar con sumo cuidado las relaciones humanas y las sinergias que se producen recíprocamente entre las personas que configuran esos equipos. 
Dependiendo de la actividad, del contexto, de las actitudes, de las circunstancias, etc., pueden ser unos motivos u otros los que pueden llevar a experimentar el fracaso en un equipo. 
Se enumeran a continuación algunos de esos posibles motivos: 
·                    La falta o el exceso de confianza.
·                    El conformismo o la autocomplacencia.
·                    La falta de perseverancia o constancia.
·                    La escasez de recursos o su inadecuación.
·                    El déficit de experiencia.
·                    El miedo al riesgo o por exceso del mismo.
·                    El miedo al fracaso.
·                    La falta de conocimiento, de preparación o de formación.
·                    Una mala gestión.
·                    Objetivos irreales o inalcanzables.
·                    La improvisación.
·                    La falta de especialización.
·                    La falta de planificación o su inadecuación.
·                    La relajación ante la no exigencia de resultados inmediatos.
·                    El no ser consciente de los límites o de las propias carencias.
·                    Las malas relaciones humanas con el resto de los miembros del equipo.
·                    La falta de comunicación o comunicación errónea.
·                    El déficit de motivación.
·                    Errores en la actuación.
·                    Una estructura u organización inadecuadas.
·                    Un mal liderazgo.
·                    La deslealtad.
·                    La falta de disciplina o de normas.
·                    La escasez de voluntad.
·                    Por no tener ilusiones o sueños.
·                    El exceso de individualismo.
·                    La toma de decisiones incorrectas.
·                    Por la no disposición al cambio.
·                    Por un exceso de arrogancia tras conseguir un éxito.
·                    La falta de creatividad.
·                    Por competir y no cooperar. 
“Un fracasado es un hombre que ha cometido un error pero que no es capaz de convertirlo en experiencia” (Elbert Hubbard, escritor y pedagogo estadounidense). 
En la vida cotidiana hay personas que se sienten derrotadas por los problemas y frustraciones diarias. Luchan y se quejan y se ven atrapadas por la impotencia. Creen que no hay salida. Pasan los días, las semanas, los meses y los años y muchas de esas personas se preguntan si su vida no fue más que una mezcla de luchas y fracasos. Al final te das cuenta de que muchas personas tienen un concepto equivocado de la vida, persiguiendo lo que no deberían, o lo que es peor, sin fijarse meta alguna o sin plan para alcanzarla y además ves que lo que falla es que carecen de voluntad, ilusión y de verdaderos incentivos para dar un giro a sus vidas. 
En otros casos se ven inmersos en una rutina desesperante, o ante un trabajo que no les gusta o ante una situación profesional o personal insatisfecha o simplemente no se sienten realizados. 
Analizando esta situación llegamos a la conclusión de que, en muchos casos, somos nosotros mismos los que nos autoimponemos las barreras y los frenos y los que actuamos sin un propósito definido, pero nos damos cuenta que para lograr realizaciones es necesario que quieras alcanzarlas mirando la vida como una continua oportunidad. 
Por ello, la persona debe cambiar la orientación de su mirada, cada persona es responsable de sí misma y de su destino y, por tanto, de cada uno depende su propio éxito o fracaso. Te das cuenta de que toda derrota puede ser una bendición en cierto modo, pues la vida no consiste en una sola oportunidad, sino en muchas.   
Estudiar y reflexionar cuidadosamente, evaluar y analizar las razones por las que se ha llegado al fracaso es un primer paso para aprender a tener éxito. La derrota es un acompañante cotidiano que nos hace volver a revisar nuestras metas para decidir si son auténticas y si vale la pena el esfuerzo de seguir luchando por ellas.  
Es entonces cuando volvemos a empezar, pero debemos saber que ningún comienzo es sencillo, que la vida está llena de obstáculos y son los que nos permiten adquirir experiencia y mejorar. Quien nunca ha fracaso es porque nunca ha luchado.